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Como CEO, sé que todos buscamos la productividad; en nuestras empresas esto significa hacer más en menos tiempo. Muchas veces pasamos horas revisando números, invirtiendo en tecnología y optimizando procesos. Pero con el tiempo, he descubierto que la herramienta más poderosa para la productividad es la asertividad que puedo fomentar en mi equipo de trabajadores.

Para mí, este es el punto perfecto donde una persona dice lo que piensa o necesita de forma clara, honesta y sin pisar a nadie.   No es ser impositivo, gritando tu opinión, ni es ser pasivo, guardándote tus ideas por miedo. Es hablar desde el respeto y la firmeza y que todo el que pertenezca a una empresa lo pueda hacer y se sienta libre y seguro para expresar sus ideas de manera respetuosa y consistente.

Todo empieza desde la alta dirección. Si yo, como líder, soy una persona que se enoja, si me dicen que me equivoco, o corto las ideas a la gente, estoy creando una cultura del silencio. Y el silencio es carísimo. Significa que nadie me va a avisar si un proyecto va mal, si un cliente está molesto o si hay una forma mucho más fácil de hacer algo.

 Por eso, a diario practico la asertividad como parte de mi vida empresarial. Así mismo, yo me esfuerzo por decir «no» cuando es necesario, dar feedback constructivo sin atacar a la persona y, lo más importante, me propongo escuchar cuando alguien me hace una observación y luego indago si tiene valor para mejorar un proceso, por medio de un diálogo.

Con este manejo se crean espacios seguros en donde un asunto se puede debatir y todos los argumentos son valorados. No puedo pedirle a mi gente que sea asertiva si luego tomo reacciones negativas por ser sinceros.

Esto significa cambiar la forma en que manejamos los errores; las equivocaciones no son para buscar culpables; son una oportunidad de aprendizaje que alguien tuvo la valentía de exponer. Yo digo a mi equipo: «Si ves un problema, dímelo de inmediato y entre todos miramos la solución. Es mucho mejor arreglar algo lo más pronto posible, que saberlo tres meses tarde”.

Por otro lado, me enfoco mucho en la claridad de las expectativas que quiero comunicar a mis trabajadores. Ya que, si no soy claro con lo que pido, ellos pierden tiempo suponiendo lo que quiero. Si quiero que sean asertivos, debo conducirlos a que sepan poner límites, pero para eso, yo debo poner los límites iniciales con mucha claridad.

Por ejemplo, cuando doy una tarea, me aseguro de que todos entiendan lo que es prioritario y lo que no, pero que igual deben hacerlo, y les animo a que ellos me digan «Jefe, tengo cinco tareas para hoy, ¿cuál debo hacer primero?». Esa es una pregunta asertiva que nos ahorra horas de trabajo mal enfocado.

Así mismo, evitemos la resolución de conflictos; en cualquier equipo habrá diferencias en opiniones, forma de resolver inconvenientes o de trabajar. Es normal; si la gente no es asertiva, los problemas crean rencores y un ambiente tóxico. Pero si mi equipo es asertivo, tienen las herramientas para hablar con su compañero, mirarle a los ojos y decir: «Mira, cuando hiciste ‘esto’, yo sentí ‘esto’, y me gustaría que la próxima vez hiciéramos ‘aquello'». Pueden enfrentarse al problema sin atacarse. Esto hace que los conflictos se resuelvan rápido y que la energía se quede en el trabajo, no en el drama. Menos drama, más trabajo de calidad.

Al final, el ser asertivos no es solo una «habilidad blanda»; es una herramienta de negociación vital para desarrollarnos laboralmente. Cuando alguien de mi empresa se siente lo suficientemente seguro para proponer una idea que rompe con lo que hemos hecho siempre, la innovación se dispara.   Y si no tienen miedo de señalar un defecto en un proceso antes de que sea demasiado tarde, la calidad de nuestro trabajo mejora.

Los CEOS que busquemos equipos de alto rendimiento, fomentaremos la asertividad en nuestro día a día. Esto significa dar paso para cocrear con mayor seguridad y, sobre todo, valoramos la opinión de nuestros equipos. Al hacerlo, he visto un notable crecimiento personal y corporativo.

Dorian

por Dorian Ferney Rallón Galvis

Profesional en Ingeniería de Sistemas de la Universidad Cooperativa de Colombia sede Bucaramanga y reconocido empresario santandereano, emprendedor y soñador que a través de la experiencia se ha convertido en un referente en innovación digital. Fundador y CEO de Biofile: suite profesional para prestadores de salud.