La inteligencia artificial dejó de ser un mito para convertirse en una fuerza transformadora en las empresas. Como líderes empresariales, fomentar el uso de la IA permitirá que nuestros equipos de trabajo puedan adaptarse y asegurar una ventaja competitiva sostenible en lo que demanda el mundo empresarial. 

Sin embargo, aún se presentan barreras y la resistencia al cambio es natural. Cuando introducimos el uso de nuevas tecnologías, a menudo genera aprensión. Algunos trabajadores podrían temer que la IA reemplace sus puestos de trabajo o los relegue a tareas monótonas. Sin embargo, la realidad es que la IA está diseñada para aumentar las capacidades humanas, no para suplantarlas. 

Lo contrario: al delegar las tareas repetitivas y basadas en datos a los sistemas de IA, los empleados pueden liberarse para concentrarse en actividades que requieren pensamiento crítico, creatividad o resolución de problemas complejos que necesitan ser atendidos con más personalización. 

¿Y cómo lograrlo? 
Nuestro liderazgo como directivos juega un papel fundamental en la adopción exitosa de la IA. No basta con invertir en tecnología; también es importante que podamos crear una cultura organizacional que fomente el aprendizaje continuo, en donde puedan usar la IA y experimentar e interactuar con ella. Les permitirá de primera mano entender que no va a reemplazar sus trabajos, sino que les va a ayudar a hacerlos, a ser más efectivos y productivos. 

Por otro lado, debemos invertir en capacitación, algo así como la alfabetización en IA, que les permita a nuestros equipos comprender sus fundamentos, para aprender a interactuar con las herramientas disponibles y que de esta manera puedan desarrollar las habilidades necesarias para integrarla en su rutina de trabajo diaria. Esto no solo debe incluir el conocimiento desde lo técnico, sino que debe ir también en el desarrollo de habilidades blandas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la adaptabilidad. 

Además, los líderes deben promover una mentalidad de experimentación. Esto significa animar a los empleados a probar nuevas herramientas y enfoques basados en IA, incluso si eso implica algunos fracasos iniciales. Los errores son oportunidades de aprendizaje, y al permitir que los equipos experimenten, las empresas pueden descubrir nuevas formas de utilizar la IA para generar valor y mejorar la eficiencia. 

De igual manera, la verdadera sinergia emerge cuando la IA y nuestro equipo entienden que se colaboran entre sí. No se trata de reemplazar, sino de complementar. La IA puede manejar mucho más rápido el procesamiento de datos a gran escala, la identificación de patrones y la ejecución de tareas repetitivas con una velocidad y precisión inigualables. Mientras que nuestro personal aporta la intuición, la creatividad, la empatía y la capacidad de pensamiento abstracto y ético. 

A forma de metáfora, nuestros empleados se convierten como en los «directores de orquesta», guiando a los sistemas para lograr objetivos específicos y utilizando los resultados generados por la IA como punto de partida para ideas más ambiciosas.  
Por ejemplo, un equipo de desarrollo de software podría usar la IA para generar prototipos de código rápidamente, liberando a los ingenieros para que se concentren en la arquitectura, la optimización y la adición de funcionalidades complejas que requieren un mayor ingenio humano. Así mismo, un equipo de servicio al cliente podría usar la IA para resolver consultas rutinarias, permitiendo que ellos se dediquen más tiempo a abordar problemas más complejos que requieren empatía y habilidades de resolución de conflictos. 

En última instancia, el fomento del uso de la IA en la fuerza laboral es más que una estrategia tecnológica; es una inversión en el capital humano de la empresa. Al empoderar a nuestros empleados con herramientas de IA, estaremos sentando las bases para una nueva era de crecimiento y descubrimiento en la que el uso de la tecnología es la mejor aliada. 
 
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por Dorian Ferney Rallón Galvis

Profesional en Ingeniería de Sistemas de la Universidad Cooperativa de Colombia sede Bucaramanga y reconocido empresario santandereano, emprendedor y soñador que a través de la experiencia se ha convertido en un referente en innovación digital. Fundador y CEO de Biofile: suite profesional para prestadores de salud.